La gratitud estimula la generosidad, al mismo tiempo que aumenta la riqueza interna. En realidad, la gratitud es la base de la generosidad, pues existe una estrecha relación entre recibir y la de dar, donde asentamos la relación con el objeto bueno ( pensamiento positivo). Mientras la envidia es una fuente de negatividad, puede transformarse en la base de la insatisfacción y la no cordura. Las defensas que operan contra la envidia afectan también la experiencia de la gratitud. Se considera que las mismas defensas que se utilizan frente a la envidia pueden ponerse en marcha contra la gratitud.


En personas con una envidia muy fuerte, se perturba el vínculo con la madre, se dificulta la incorporación de la bondad como algo propio de su vida interior, bloqueando de esta forma la expresión de sentimientos de gratitud. **Teoría Según estudios de de la Psicóloga Mariline Klein.


Una discriminación relevante, es ver la gratitud que el paciente es capaz de experimentar en relación con sus objetos y la que experimenta por el analista y el tratamiento.
Meltzer dice: “La verdadera gratitud implica entender cuánto le ha costado a la otra persona hacer algo por uno, junto al darse cuenta de todo el trabajo que se ha hecho y a la valoración del tiempo que se ha dedicado a ello. Cuando encontramos la gratitud al comienzo del análisis, deberíamos sospechar acerca de su calidad”. (1995: Meltzer: Clínica psicoanalítica con niños y adultos, pág. 313.).

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